- Por Yanancy Noguera
La adaptación en Netflix de la historia de Anna Sorokin, “Inventando a Anna”, no fue producida para dar lecciones de periodismo. Sin embargo, la conducción que se muestra de la periodista Vivían Kent, quien develó la historia de la estafadora, da pie para algunas reflexiones sobre el ejercicio del periodismo.
- Un buen periodista sigue sus instintos aunque el jefe diga otra cosa.
- Un buen periodista es insistente con la fuente. Respeto y ética, eso sí.
- El periodismo se hace en la calle y no solo en una oficina.
- Quién hace periodismo debe investigar, las historias no le llegan listas o en un boletín de prensa.
- Al buen periodista, a la buena periodista, le encantan los retos, nunca el conformismo.
- En Google y las redes no está todo, pero si casi hay bastante para comenzar el trabajo.
- A las fuentes se les consulta, no se les cuenta o presume lo que se tiene.
- La independencia es la clave del trabajo periodístico. Si se pierde, se pierde todo lo demás.
- ¿Qué se acepta de la fuente? Información, un café, agua, más información…. Nada más.
- No se negocia con la fuente ni mucho menos se le ofrece “algo” del contenido por publicar a cambio de información.
- No se accede a información de formas ilegales o incorrectas.
- Las historias periodísticas no se ponen a dormir, hay que producirlas pronto.
- Es claro cuando en el periodismo se actúa fuera de la legalidad. Nada justifica cruzar la barrera. Lo ilegal y lo antiético son caras de la misma moneda.
- Nada, ni la historia, ni el periodismo, es más importante que la persona periodista.
- Los hechos mandan.
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