Boletín #5 – Análisis Lucha contra la desinformación



Análisis – Lucha contra la desinformación política Fabricio Alvarado afirmó en un debate que Costa Rica hace una inversión similar a Finlandia en educación, y que sin embargo sus resultados en calidad son muy asimétricos. Verificación de datos de Doblecheck radios.ucr.ac.cr twitter.com/doblecheckcr doblecheckcr Coordinadores responsables: Yanancy Noguera, periodista. Pablo Fonseca, periodista. Analistas: Gilda González, periodista. Gustavo Araya, politólogo Objetivo: Analizar la validez de la comparación realizada por un candidato presidencial a partir de la verificación de Doble Check y cómo el debate público en un tema de tanta relevancia como la educación se distorsiona producto de propuestas incorrectamente desarrolladas.
Conclusiones
1. El candidato Fabricio Alvarado comete un error importante al confundir la inversión en educación como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) con la inversión por estudiante. Aunque Costa Rica destina a la educación un porcentaje del PIB similar a Finlandia, el PIB de Costa Rica y el de Finlandia son abismalmente diferentes. Así, lo que se destina por estudiante en Finlandia es en realidad casi tres veces más que en Costa Rica. 2. Actualmente, el PIB per capita de Finlandia es de $49.041,34 y el de Costa Rica $12.076,81. El candidato de Nueva República está comparando no solo una realidad de ingreso agregado (total del país) en el que el 8% del PIB finlandés es superior al tico, sino que además compara dos realidades de contextos para estudiantes absolutamente diferentes. Un hogar finlandés tiene un ingreso promedio cuatro veces superior al costarricense, por lo tanto con condiciones (de alimentación, vestimenta, útiles escolares, acceso a Internet, transporte y mucho más) totalmente incomparables; abonado a esto el costo de vida en los países en comparación. 3. Doble Check realiza un exaustivo análisis alrededor de la afirmación del candidato y profundiza con lupa hasta determinar, con datos oficiales y declaraciones de expertos en la materia, que la afirmación brindada por Alvarado no es cierta. Acude a fuentes directas y creíbles como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Estado de la Nación para sustentar la explicación. La labor de Doble Check aclara categóricamente el tema de la inversión en educación en Costa Rica. 4. Todo indica que el equipo asesor del candidato no brindó la información correcta a Alvarado pese a que el público del debate eran educadores. 5. Una vez más, en esta ocasión un equipo de comunicación de un candidato no responde a las consultas realizadas por Doble Check y no apoya la aclaración de un tema de relevancia. Equivocarse es de humanos y más humano es reconocer el error, en este caso, por el bien de las audiencias. 6. Tras la investigación de Doble Check queda claro que Costa Rica tiene una deuda en la inversión por estudiante en las etapas previas a la universidad. La inversión por estudiante en primaria y secundaria es muy baja en relación con el promedio de la OCDE, lo que pone al país ante un gran reto.
Recomendaciones
1. Cuando asisten a debates o entrevistas, las personas candidatas deben prepararse de la mejor forma, con datos y hechos confirmados. Deben conocer los contextos socioeconómicos detrás de los números y no verlos como un dato frío. Su deber es brindar información precisa y veraz y no inducir a la audiencia a error. Deben tomarse el tiempo para revisar y confirmar la información que van a compartir. En general, las audiencias se quedan con lo que les dicen, no buscan otras fuentes y así quedan desinformadas. En este caso específico, al realizarse una comparación debe verse el modelo (educativo, de salubridad, etc.) en su integralidad, no solo la inversión monetaria. Una regla para personas expuestas a discursos políticos debería ser no solo la corroboración de las comparaciones que se realicen entre países, sino entender las diferencias entre cada uno. 2. Los asesores que brindan datos a los candidatos deben ser exhaustivos, rigurosos y claros para que los aspirantes a la Presidencia tengan información precisa en cada tema y así no se generen confusiones en las audiencias, que son votantes en potencia. Las respuestas previstas para los debates deben estudiarse a profundidad antes de compartirlas. No se debe menospreciar ningún debate. En el caso que nos atañe, al comparar montos entre naciones debe tenerse el cuidado básico de ver más allá del porcentaje del PIB porque, más que un tema de eficiencia o eficacia, los modelos suelen ser complejos y su comparación, por lo tanto, requerir de mayor detalle. 3. En la medida de lo posible, los organizadores y los moderadores también deben estudiar a profundidad los temas por los que van a consultar para generar, si es necesario, una repregunta o una aclaración con datos y hechos a mano. Eso se puede lograr cambiando los formatos tradicionales de los debates e incorporando algún análisis con expertos (por ejemplo del Estado de la Nación) que puedan comentar con datos lo expresado en un bloque. Lo que debe perseguirse no es el show en un debate, sino que las audiencias obtengan información clara y queden satisfechas por el contenido abordado por los candidatos. También los organizadores de los debates, sean medios de comunicación, sectores sociales o empresariales, pueden contribuir con la responsabilidad de una información adecuada posterior al evento, pues por lo general las informaciones erróneas no son aclaradas, quedan como ciertas y nadie levanta la mano para decir a las audiencias que esa información es incorrecta. 4. Con este análisis de Doble Check queda claro que Costa Rica está muy lejos de Finlandia en la inversión educativa. Un 8% del PIB para educación es un monto alto, pero que quizá el pastel no está partido de la mejor forma y se generan disparidades, principalmente entre la inversión en la educación temprana y media en relación con la inversión en la educación superior. Debe haber una revisión minuciosa de ese pastel. También se debe contar con los datos claros y completos de la distribución de ese porcentaje, incluyendo los rubros invertidos en docencia, investigación y acción social.