Costosa belleza

Por Rita Jiménez  

Tratamientos estéticos fallidos causan largos y tortuosos procesos penales

  • Código Penal sanciona severamente las malas praxis médicas
  • Tratamientos estéticos, realizados por no especialistas podrían costarle caro en los tribunales

Yesenia Bermúdez tiene 38 años y actualmente preside una asociación de modelaje. Desde joven sabía que su vida giraría entorno a las pasarelas. A los 14 años incursionó en este su mundo, su vocación, pero a los 34 una operación estética -posiblemente mal realizada- la alejaría del modelaje.

Bermúdez acumula 4 años de un tortuoso procedimiento legal luego de demandas a 2 médicos generales que le aplicaron una lipoláser.

En abril del 2014, Bermúdez visitó una clínica de estética, con el fin de realizarse un procedimiento conocido como “lipoláser abdominal”, una operación para “marcar” su abdomen.

Según su relato, el médico previamente le informó que el procedimiento sería realizado en una clínica diferente de la que ella contrató, pero siempre en un quirófano. Ella no vio un inconveniente en esto.

Pero llegó el día del procedimiento y comenzaron sus peripecias: en opinión de Bermúdez, la sala de operaciones tenía moho en las paredes y era antihigiénica.

Pero faltaba lo peor. La mujer explicó que ella pagó aproximadamente $1.000 por un anestesiólogoque “nunca se presentó”. En su lugar le administraron pastillas para dormir y una anestesia local para “adormecer” la zona, mientras llegaba el especialista.

“El anestesiólogo nunca llegó. Les pedía que pararan, que me soltaran y nunca lo hicieron. Yo podía ver todo lo que hacían y solo me daban cada cierto tiempo estas pastillas para adormecerme”, relató Bermúdez.

Después de la cirugía las complicaciones continuaron. El médico le mandó tratamientos con fisioterapia, oxigenoterapia y la inyección de Dipronova y Alergodex; 2 esteroides que posteriormente le ocasionarían más afectaciones a su salud.

Denuncias y el tortuoso camino legal

La paciente presentó una denuncia ante el Colegio de Médicos y Cirujanos en la que aseguró que el médico le recomendó una segunda intervención quirúrgica, pero tampoco se presentó el anestesiólogo, por lo que decidió interrumpirla

y retirarse.

Un proceso penal es muy caro y puede tardar más de 5 años.

A raíz de todos estos problemas, Bermúdez acudió a los tribunales e interpuso una denuncia en la Fiscalía de Pavas en contra de los 2 médicos que lideraron el procedimiento en la clínica, de apellidos Villalobos de La Peña y Mora Guevara. Desde el 2015 la denunciante busca recuperar su salud tanto física como emocional. Afirma que “su deseo es justicia y evitar que otra persona pase por la misma dolorosa experiencia”.

Sin embargo el proceso penal de Bermúdez está lejos de finalizar. El caso está en el Juzgado Penal de Pavas, se encuentra activo y en espera de señalamiento, mientras las autoridades recaban pruebas e información.

Normalmente los procesos legales por daños ocasionados durante procedimientos quirúrgicos pueden contemplarse dentro el ámbito penal, con denuncias interpuestas al Ministerio Público. Daniel Cerdas, consultor legal del Sindicato de Profesionales en Ciencias Médicas de la Caja Costarricense del Seguro Social e Instituciones Afines (Siporocimeca), estimó que estos procesos pueden extenderse entre 5 y 10 años.

O bien, se siguen bajo los estatutos éticos, con denuncias ante la Fiscalía del Colegio de Médicos y Cirujanos o ante el Colegio de Cirujanos Dentistas, para el caso de problemas odontológicos o de ortodoncia. Empero, estas gestiones tienen consecuencias limitadas: el profesional puede ser suspendido de su cargo, pero no se incluyen penas monetarias o de cárcel.

Colegio investiga

El Colegio de Médicos y Cirujanos ya notificó a Villalobos de La Peña y Mora Guevara, tras la denuncia de Bermúdez. En su descargo, del cual este medio tiene copia, ambos médicos negaron las acusaciones en su contra. Calificaron a Bermúdez de tener deseo de “venganza” y de buscar obtener dinero.

En el documento, Mora aseguró que la paciente buscó una “marcación abdominal”. Sin embargo debido a que esta no calificaba para el proceso; llegaron al acuerdo de que le iban a realizar una lipoláser. Afirmó tener un documento de consentimiento firmado por la paciente.

Según el médico general el procedimiento tuvo un óptimo resultado; pero la paciente no siguió las indicaciones que le brindaron y por eso se dio el desenlace negativo. Mora teme que las acusaciones lesionen su honor y el de su colega.

Por su parte Villalobos, quien sería el segundo médico imputado, argumentó que el proceso del lipoláser realizado a Bermúdez en el 2014 tuvo un buen resultado y reiteró que se encuentran preocupados por las declaraciones de la paciente en sus redes sociales.

Sin datos y un panorama complejo

Siprocimeca aboga a favor de sus agremiados acusados por mala práctica médica, ya sean médicos, odontólogos o demás profesionales de la salud. En Costa Rica el Código Penal castiga estos delitos, pero no existe un registro estadístico de las denuncias que se hacen por mala práctica médica u odontológica, debido a que el Código es general y las toma como delitos de lesiones culposas, homicidio culposo o ejercicio ilegal de la profesión. Cerdas explicó que el proceso es complejo.

Isabel González, abogada penalista, afirmó que el término mala praxis es sumamente amplio y abarca muchas situaciones cotidianas.

“El Código Penal lo que establece, es solo una tipicidad del delito, lo que quiere decir es que ya existen penas claras y concisas dependiendo del delito del que se hable (doloso, culposo, si se hizo sabiendo que no es profesional, entre otros), pero siempre hay una privativa de libertad y/o la reparación del daño”, explicó la especialista.

González agregó que no hay sanción que equipare a una muerte o un daño grave de salud, como el que alega Bermúdez. Por eso es clave que el paciente se asesore con quién se va a realizar una operación.

“Si le dicen que este procedimiento es mágico, no tiene riesgos, es perfecto, sencillo, no duele ni molesta, no sangra, salga corriendo. Tenga cuidado, porque es una luz roja que se enciende y le dice tenga cuidado, averigüe siempre que le ofrecen y quién lo ofrece”, argumentó Alberto Argüello, exdirector de la Asociación Costarricense de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (Accpre).

Mauricio Boraschi, fiscal adjunto de Fiscalías Territoriales, explicó que desde el punto de vista penal se toma en cuenta el resultado. Se puede hablar de mala praxis o de mala praxis que genera una lesión o un homicidio, ejercicio ilegal de la profesión e inclusive fraudes por medio de ofertas médicas o estéticas.

Ante la variedad de posibles delitos que se pueden contemplar, el abordaje es sumamente amplio. El Fiscal señaló que se debe aterrizar en un delito, por lo que la mala praxis sería el género del mismo y los otros serían las subdivisiones.

¿Ley con vacíos o es suficiente?

Para Argüello todos estos delitos deben ir implícitos dentro de lo que se denomina “el ejercicio ilegal de la profesión y publicidad engañosa”. Justificó que muchas veces médicos no profesionales realizan procedimientos para los que no están capacitados o con materiales nocivos para el paciente. Por eso criticó que la Ley General de Salud es obsoleta y el Ministerio de Salud y el Gobierno deben tomar cartas en el asunto.

Por el contrario Mauricio Guardia, fiscal de la Junta de Gobierno del Colegio de Médicos, argumentó que Costa Rica es uno de los pocos países en el mundo en el que la mala praxis se contempla dentro del ámbito penal. En la mayoría de los países como Estados Unidos, se toman como delitos civiles.

“En Costa Rica existe una normativa legal fuerte para abordar estos delitos dentro de lo penal; sumados a los procesos sancionatorios de los respectivos colegios. Por lo que ya existe un marco legal general de regulación penal. No obstante a pesar de que la gente no está desprotegida, podría ser que se requiera un abordaje más específico en cuanto a acreditaciones y prácticas médicas”, valoró Boraschi.

Erica Mora, fiscal de la Junta Directiva del Colegio de Cirujanos Dentistas, señaló que siguen las mismas directrices que su contraparte de Médicos. Aplican sanciones meramente disciplinarias y en caso del ejercicio ilegal de la profesión o de mala praxis con sanción penal remiten al Ministerio Público. En los últimos 10 años, el Colegio de Odontólogos ha recibido un total de 509 denuncias por mala praxis en ortodoncia.

El ejercicio ilegal de la profesión es un tema amplio y complicado. En los títulos de los médicos generales se les atribuye el grado académico de médico y cirujano; por lo que están capacitados para realizar operaciones estéticas. Pero, los médicos deben llevar un curso de ética para incorporarse a su colegio y se les enseña que es antiético y sancionable.

Por ejemplo, sí se considera un ejercicio ilegal cuando cualquier persona no incorporada al Colegio de Médicos incurre en estos delitos y ocasiona lesiones o provoca la muerte de un paciente.

Ocurre lo mismo con los odontólogos generales o no especialistas, que inician a colocar ortodoncia: pueden hacerlo pero no deben hacerlo. Mora dijo que usualmente son dentistas generales que han llevado cursos libres de un mes o una semana; normalmente a nivel privado o en el extranjero. A estos profesionales el Colegio no los incorpora como especialistas, pues la especialidad de ortodoncia y ortopedia tarda mínimo 2 años.

Interponer denuncias

Para interponer una denuncia ante cualquiera de los 2 colegios, se debe explicar por escrito lo ocurrido y el nombre del profesional; para que la organización valore si cabe un proceso sancionatorio. Puede ver detalles en las páginas web de los entes (aquí y aquí).

En ambas organizaciones de colegiados las denuncias se toman en cuenta cuando se ocasionó una lesión al paciente. La institución realizará una investigación preliminar para ver si realmente hay un daño y si la denuncia procede.

Pero es clave determinar cuándo la mala práctica fue culpa del médico y cuándo del paciente. Después de las cirugías el paciente debe acatar las indicaciones del médico, para no presentar complicaciones. Estos casos son desestimados.

En abril pasado Yesenia Bermúdez cumplió 4 años de un proceso penal desgastante, largo y costoso. La denunciante agregó que su salud se mantiene frágil a causa de la cirugía estética que se realizó en el 2014.

Se intentó obtener una versión los médicos denunciados, de apellidos Villalobos de La Peña y Mora Guevara, en su consultorio, telefónicamente y por escrito. A través de su abogado, José Miguel Villalobos,declinaron referirse al caso pues aún está abierto.

Médicos arriesgan libertad y título por dinero “fácil”

  • Saturado mercado laboral y posibilidad de lograr negocios impulsan a profesionales
  • Realizan procedimientos estéticos sin estar preparados

“José” relató el doloroso camino ante los terribles efectos de un proceso de ortodoncia mal hecho.

En el 2011 José (nombre que se utilizará para proteger su identidad) inició su tratamiento de ortodoncia a los 13 años de edad. El tratamiento consistía en la colocación de aparatos fijos en sus dientes para acomodar las piezas dentales.

Cuatro años después el joven comenzaría a tener complicaciones en su salud física. Una aparente mala colocación, por un periodo tan prolongado, le ocasionó un desgaste en las articulaciones de la mandíbula.

José decidió suspender el tratamiento de inmediato. Cada vez que abría su boca, el desgaste le producía un gran dolor. Pero ya era tarde. Su actual cirujano maxilofacial le explicó que, dado al avance del problema, es muy difícil que logre curarse totalmente.

“No puedo abrir mucho la boca, me provoca mucho dolor. Debo comer con mucho cuidado. Hay ciertos alimentos que no puedo comer, lo cual es difícil porque debo tener mucho cuidado en todo lo que hago, hasta cuando voy a dormir debo utilizar aparatos especiales para no producir mayor desgaste”.

Instrusistas: atraen sin tener especialidad

Según José el médico que le realizó el tratamiento de ortodoncia le mostró su título en la especialidad obtenido en una universidad de Brasil. Sin embargo el paciente nunca verificó si se encontraba debidamente inscrito ante el Colegio de Cirujanos y Dentistas como especialista.

Las autoridades médicas alertaron por profesionales, médicos generales, que realizan ciertos procedimientos sin ser especialistas.

El fenómeno de los intrusistas es cada vez más frecuente en los procedimientos estéticos. Los pacientes se ven atraídos por precios cómodos o tratamientos casi milagrosos, que pueden resultar en lesiones serias y hasta la muerte.

Mauricio Guardia, fiscal de la Junta de Gobierno del Colegio de Médicos y Cirujanos, afirmó que este perfil de profesionales surge como una respuesta a la saturación del mercado de los médicos generales.

En Costa Rica hay un aproximado de 15 mil médicos colegiados. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) es el principal contratante de personal médico, con unos 6 mil médicos tomando en cuenta especialistas. Una simple resta muestra que otros 9 mil médicos deben buscar empleo en el sector privado.

El déficit implica 2 consecuencias. Los especialistas pueden dedicarse a la medicina privada. Los médicos generales no corren la misma suerte, debido a que el paciente prefiere ir directamente al especialista.

“Muchos de estos médicos generales se arriesgan porque es plata fácil. Sacar una especialidad es un proceso largo y complicado; pero sí es posible. Solo hay que ponerle y pensar más en la seguridad del paciente y de uno como profesional que en la plata”, explicó Alberto Argüello expresidente de la Asociación Costarricense de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética (Accpre)

Según el médico, el dinero fácil y un mercado sobresaturado constituyen las 2 principales motivaciones para que los médicos se arriesguen a realizar procedimientos estéticos.

Érica Mora, fiscal del Colegio de Odontólogos, confirmó la existencia de este fenómeno en tratamientos de ortodoncia. Muchos odontólogos generales realizan cursos y se arriesgan a dañar al paciente o a que el resultado no sea el esperado.

La mayoría de los materiales usados en procedimientos realizados por los intrusistas, son el resultado de contrabando o productos ilegales que no cuentan con permisos del Ministerio de Salud. Empero hay muchos profesionales que sí utilizan materiales reconocidos principalmente en ortodoncia. Por eso el paciente siempre debe preguntar por el origen de los productos que le aplican.

Tanto Guardia como Argüello mencionaron que los pacientes deben tener mucho cuidado con la elección de esos productos.

Cursos no son especialidades

Profesionales tanto de odontología como de medicina llevan cursos de 2 días o una semana, en los cuales se les brindan títulos o reconocimientos. Ambos colegios hacen la aclaración de que estas personas no cuentan con el grado de especialistas y por lo tanto no están inscritos como tales. Lo mismo ocurre con esteticistas (no es un profesional médico) y los especialistas en otras áreas por ejemplo profesionales en dermatología que no se encuentran preparados para algunos de estos procedimientos.

“Un especialista en ortodoncia y ortopedia lleva un plan de estudios con un mínimo de 2 años. En un curso de un mes no se van a adquirir todos los conocimientos necesarios para estos procedimientos”, explicó Mora.

El Colegio de Médicos y Cirujanos comparte el punto de vista de Mora y explica que existe una ambigüedad en cuanto las leyes de especialidades médicas que datan de 1962. En ese momento no existían tantas, por lo que un médico general podía realizar una gran cantidad de procedimientos. En la actualidad es diferente y no todos estarían capacitados.

Por eso la entidad busca reformas para crear los perfiles de las especialidades médicas. Afirma que no quiere cerrar las puertas laborales a los médicos generales, sino delimitar los procedimientos que se pueden realizar, con o sin ley orgánica.

“Las especialidades y subespecialidades son un tema muy amplio y hay procedimientos estéticos que rayan en intervenciones que son propiamente médicas. Entonces nos encontramos ante este tipo de productos que se ofrecen masivamente para lo estético. Hay algunos que para poderlos desarrollar, principalmente si son invasivos, se requieren procedimientos médicos e inclusive una especialidad médica”, respaldó Mauricio Boraschi, fiscal adjunto de Fiscalías Territoriales.

El funcionario del Ministerio Público comentó que si bien hay ciertos procedimientos que no requieren de habilitaciones especiales por parte de los colegios o del Ministerio de Salud, siempre es importante que los productos que se le ponen al paciente sean avalados por dicha institución.

Un médico que realice estos procedimientos y lesione al paciente o provoque su muerte puede ser sancionado con prisión, suspensión del ejercicio de la profesión y la reparación del daño (sanción económica).

“Existen 2 tipos de médicos, el que lo es por vocación y el que lo es por dinero. El primero es el que va a cuidar su carrera y velar por proteger la vida del paciente. Mientras tanto al segundo no le va a importar lo que se arriesgue con tal de obtener lo que quiere y eso sucede en todas las profesiones. Sin embargo en estas en especial ponen en riesgo la salud y la vida del paciente”, aseguró la abogada penalista Isabel González.

Sanciones y cuidados básicos

El Colegio de Cirujanos y Dentistas ordena las sanciones según su severidad: una llamada de atención confidencial; una llamada de atención pública; una amonestación monetaria según la Ley Orgánica de 1975 por ¢1.000. Esta última ni se aplica. Finalmente está la suspensión temporal o definitiva de la licencia.

El Colegio de Médicos y Cirujanos interpone las sanciones bajo las consideraciones del Tribunal de Ética, siempre y cuando se haya comprobado la mala praxis. Pueden ser amonestaciones verbales, escritas, multas y finalmente la suspensión temporal del ejercicio profesional.

Un estudio de la Universidad de Costa Rica, realizado por Marcela Balmaceda, brinda recomendaciones para los médicos que deseen realizar procedimientos estéticos.

  • Expediente: anotar todas las disposiciones importantes del paciente, los procedimientos realizados y los cuidados posoperatorios
  • Consentimiento informado: el paciente debe conocer las posibles complicaciones
  • Formación: al menos tener formación en cirugía general para estar capacitado para responder a las posibles complicaciones
  • Transparencia: señalar su formación académica y los riesgos y realidades del proceso

José no lleva una vida normal. Su condición le genera mucho dolor y lo priva de muchos actos cotidianos como saborear una manzana o unas palomitas en el cine. Por otra parte los costosos tratamientos para tratar de mitigar el daño provocado, también impactan sus finanzas y la de su familia.

Ticos pagan alto precio a causa de procedimientos estéticos fallidos

  • Una mala praxis médica puede salir 20% más costoso

En el 2017 Daniela Briceño acompañó a una amiga de apellido Álvarez para su primera cita con el cirujano plástico. Desde hacía un tiempo y después de varios embarazos, deseaba un vientre plano.

Según Briceño, complicaciones en el periodo postoperatorio casi le cuestan la vida a su amiga. La abdominoplastía consiste en un procedimiento quirúrgico para remover el exceso de grasa y piel del abdomen. Tras la cirugía se le colocan al paciente de 2 a 4 drenajes, para que no se acumulen líquidos en la herida.

El médico sí es especialista en cirugía plástica y se encontraba capacitado para realizar el procedimiento. Las complicaciones se presentaron al día siguiente. En su casa la paciente presentó mucho dolor en el área abdominal. Fue al baño para asegurarse que todo estuviera bien y se dió cuenta que sangraba mucho debido a que tenía un drenaje suelto.

Enseguida acudió a emergencias, donde una médico general le recomendó llamar al cirujano que le había realizado el procedimiento. El médico había salido del país y apareció 3 días después del incidente. En ese momento la paciente no sabía, por lo que continuó a la espera de que él respondiera.

El problema siguió, por lo que la paciente decidió ir donde otro especialista, debido a los dolores y a la cicatriz que le quedó y le molestaba.

“La cicatriz se fue abultando y parecía que tenía otra panza, entonces ahí fue donde tuvo que volver a abrirse, a hacerse otra “abdómino” para que se lo corrigieran, por supuesto con otro médico”, relató Briceño.

La amiga de Briceño logró recuperarse, pero sufrió problemas ocasionados por una cirugía estética. El costo tanto físico como económico fueron muy altos. La mujer pasó aproximadamente un mes con un enfermero personal, debido a que físicamente se encontraba debilitada y con complicaciones de salud.

Muchos pacientes afectados por malas praxis médicas terminan en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). La institución no tiene la responsabilidad de hacerse cargo, pues los procedimientos fueron realizados en centros médicos privados.

Al menos 13 muertes en 6 años

La UCR realizó un estudio muy completo sobre incidentes y muertos en procedimientos estéticos, a la vez que da ciertas recomendaciones a los médicos.

Un estudio de la Universidad de Costa Rica (UCR) realizado por Marcela Balmaceda, menciona los procedimientos estéticos más frecuentes. Sobresalen la liposucción, los implante mamarios, reducciones mamarias, abdominoplastias y cirugías faciales, según los datos aportados por Mario Quesada, actual presidente de la Asociación Costarricense de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética (Accpre).

En los últimos 6 años, el Departamento de Medicina Legal de la UCR ha documentado 13 casos de muertes a causa de procedimientos estéticos. La liposucción es la cirugía que más aparece: 12 de los 13 pacientes fallecidos se la realizaron. Le sigue la inyección en los glúteos en 6 pacientes y finalmente la abdominoplastía contemplado en 5 casos.

Alberto Argüello, médico en cirugía plástica y reconstructiva y exdirector de la Accpre, resaltó que no todos los pacientes son candidatos a este tipo de cirugías. Esto también se demuestra en la investigación de Balmaceda: de los 13 pacientes fallecidos, el 77% de los pacientes era obeso, es decir aumentaba el riesgo por esa condición. Y solo en el 15% de los casos se comprobó que hubo responsabilidad médica, de los cuales uno fue realizado por un médico general.

Cada caso se debe individualizar antes de realizar cualquier operación, no solo las estéticas. Hay que ver si la persona tiene una obesidad mórbida; con un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 30 se pueden multiplicar los riesgos. Si tienen diabetes, algún problema de corazón, si son pacientes descontrolados. Primero deben tratarse y controlarse esas enfermedades, para posteriormente pensar en esa cirugía”, explicó Argüello.

El especialista agregó que las cirugías más comunes en su consultorio son la lipoescultura y la colocación de implantes mamarios. Sin embargo hizo énfasis en que no todos los pacientes son candidatos a esta clase de procedimiento. Se deben realizar los estudios preoperatorios correspondientes, para que el riesgo para el paciente sea el menor.

Profesionales sin capacitación

El aumento en estas cirugías sumado al llamado “intrusismo” (profesionales que realizan procedimientos de especialidades que no les corresponden), genera pacientes con daños por malas prácticas médicas, muchas veces irreversibles y pueden llegar hasta la muerte.

“Hay que respetar cada campo. Hay muchas personas que se avientan a hacer cirugías plásticas y no están capacitados para realizar estos procedimientos. Hay que estar consciente de sus limitaciones como médico o especialista” expresó Argüello.

Los expertos insisten en que los médicos especialistas tienen la capacidad de reaccionar ante contratiempos.

La medicina es una ciencia inexacta, por lo que se puede presentar iatrogenia: una alteración, especialmente negativa, del estado del paciente producida por el médico. Esto ocurre, según explica Mauricio Guardia fiscal de la Junta de Gobierno del Colegio de Médicos, cuando a un médico especialista o que se encuentre capacitado para realizar dicha operación, se le presenta una complicaciónque afectada el paciente. Sin embargo el médico no especialista no se encuentra capacitado para saber cómo reaccionar a dichas adversidades.

Argüello se refirió que una de las principales diferenciasentre los intrusitas y los médicos especialistas radica en que estos poseen la capacidad y el conocimiento de cómo actuar ante una de estas complicaciones.

El estudio de la UCR destaca las condiciones preoperatorias que el médico debe tomar en cuenta. Si bien una persona no especialista puede conocerlos, no siempre les dan la importancia que deben tener. Se le debe explicar al paciente los posibles riesgos del procedimiento y los cuidados posoperatorios que debe mantener a fin de una adecuada recuperación.

Carísima recuperación

Yesenia Bermúdez, afectada por un procedimiento médico, acumula 4 años de un largo proceso penal y un complicado estado de salud.

En su denuncia penal, Bermúdez estimó el costo del procedimiento en $2.800, más de ¢1,5 millones. Se suman ¢126 mil por masajes postoperatorios; y otras sumas por esteroides recetados por los médicos después de la operación y vendas elásticas. En total tuvo un costo aproximado de más de ¢1,7 millones, si hubiera resultado como se esperaba.

Además de las complicaciones la paciente debió visitar otros especialistas, para mitigar el daño ocasionado tras la abdominoplastía. En su denuncia de mayo del 2015 Bermúdez estimó estos costos:

Hay otros gastos por 12 visitas de control a una clínica privada; compra de medicamentos; y ultrasonidos. Según su estimación todo se eleva a ¢2.168.688, sin contar el pago del abogado penal que Bermúdez contrató.

La exmodelo inició yendo a clínicas privadas. Sin embargo ya no puede pagar el tratamiento de condiciones crónicas que se generaron. Por eso acudió al control con la Caja. La recuperación por procedimientos médicos fallidos implica un gasto tanto para el paciente – al cual el precio de su tratamiento aumentó en un 20% – como para el Estado que finalmente siempre responde por la salud pública.

Bermúdez aseguró que debido a los gastos, debió hipotecar su casa y vender un carro.

Conocer al médico

Tanto Bermúdez como Briceño, encontraron a sus respectivos médicos por medio de Facebook. Es un fenómeno muy común en la actualidad. Los “intrusistas” se aprovechan de la popularidad y masividad de las redes sociales para realizar publicidad de centros médicos, tratamientos estéticos y productos casi que milagrosos.

Debido a esto, el doctor Argüello hizo énfasis en que los pacientes deben conocer bien a la persona que les va a operar. Fijarse si son especialistas, en los títulos que tengan, más que en las opiniones que vean en redes sociales.

¿Cuánto vale su salud?

Uno de los procedimientos más promocionados y buscados es la inyección de plasma rico en plaquetas para el levantamiento de glúteos. Alberto Argüello, médico en cirugía plástica y reconstructiva, explicó que hay 4 tipos diferentes de plasma rico en plaquetas y que ninguno sirve para dicho fin.

El plasma rico en plaquetas se saca de cada paciente. Hay diversos procesos. El especialista señaló que el Ácido Hialurónico lo ofrecen para hacer aumento de glúteos. Una jeringa de 1 centímetro cúbico (cc) de este ácido original puede tener un precio entre $500 y $800.

“Si hablamos de aumentar las glúteos en 300 cc se habla de $30 mil a $40 mil. Nadie se puede colocar eso para aumentar los glúteos porque es demasiado caro”, argumentó Argüello.

“Por lo general lo que les inyectan son biopolímeros, que son una sustancia que puede resultar tóxica, si migra al cuerpo y hace unas reacciones espantosas. Genera mucho dolor para el paciente. Los biopolímeros se los venden al paciente como si fueran reales y le pueden cobrar al paciente un precio risorio y por el que este se ve atraído y decide pagarlo” , explicó Argüello.

En el país hay una discusión sobre si se necesita más regulación sobre los tratamientos médicos estéticos.

El médico hizo un llamado de atención a las personas: ¿Cuánto vale su salud? ¿Qué le están poniendo a su cuerpo? ¿Quién realiza estos procedimientos? Las consecuencias pueden ir desde una infección y deformidades en el cuerpo, hasta enfermedades crónicas y la muerte del paciente.

Marcela Balmaceda, autora del estudio de la UCR, indicó que hasta la fecha no existe una ley en el país que prohíba el uso de estos materiales para cirugías estéticas. Solo deben contar con la aprobación del Ministerio de Salud.

Tanto Argüello como Guardia y Balmaceda hacen un llamado al paciente que desee someterse a cirugías estéticas, a averiguar sobre el médico que lo va a realizar y asesorarse cuál es el proceso al cual se someterá.

Balmaceda fue enfática en 4 puntos importantes:

  • consultar en el Colegio de Médicos por el profesional para tener certeza de su capacidad de respuesta a las posibles complicaciones;
  • las maestrías en “medicina estética” o “cirugía estética” no son unas especialidades inscritas ni avaladas por el Colegio;
  • revisar e informarse sobre las sustancias o implantes que se van a colocar en el cuerpo a fin de prevenir complicaciones;
  • y que cuenten con el permiso del Ministerio de Salud.

Actualmente la amiga de Carolina se encuentra bien, sin embargo dicha situación les cambió a ambas la vida. Carolina tiene un Blog llamado Afrodita y su Espejo, en donde da consejos a la mujeres para que se sientan felices con sus cuerpos y si desean realizarse una cirugía estética que se asesoren bien sobre el médico y la clínica; pues tanto ella como su amiga no desean que nadie pase por esto.

Proyecto publicado en CRHoy.com

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