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Detectar informaciones falsas sobre la pandemia es el segundo proyecto más grande entre verificadores de hechos, aseguró Cristina Tardáguila, directora asociada del International Fact-Checking Network (IFCN).
Silvia Castillo Nieto, periodista, Punto y Aparte, silviacastillo@puntoyaparte-ca.com
Noventa fact checkers o verificadores de datos en el mundo están trabajando de forma colaborativa desde hace tres meses para identificar las informaciones falsas que circulan sobre el COVID-19, labor que según afirmó Cristina Tardáguila, directora asociada del International Fact-Checking Network (IFCN), representa el desafío más grande al que se han enfrentado.
El proyecto denominado #DatosCoronaVirus Alliance o #CoronaVirusFacts Alliance ha identificado casi 4.000 bulos (informaciones falsas) sobre el virus y sobre datos relacionados al virus.
“Para que tengan una idea de lo que significa esto, esta dimensión de desinformación, comparo con el proyecto más grande de que se tiene noticia entre fact checkers que es lo que vimos en Argentina en 2019 durante las elecciones presidenciales y fue un trabajo de colaboración de 150 medios periodísticos en Argentina que trabajaron juntos por diez meses y sacaron 100 chequeos”, detalló Tardáguila.
Fueron entonces 100 informaciones falsas en 10 meses, y ahora en solo tres meses encontraron 4.000 bulos.
“No hay absolutamente ninguna duda de que, ahora mismo, el COVID-19 supone el desafío más grande que todos los fact checkers o verificadores de hechos han visto en toda su vida y más aún, porque no tiene fecha para terminar”, destacó.
Para la directora asociada del IFCN, es claro que el que el mundo y el periodismo van a ser distintos después de esta pandemia, ya que para bien o para mal, el virus ha dejado a los periodistas en una situación extremada.
“Estamos enfrentándonos lo más grave en términos de desinformación, pero también a la vez tenemos la oportunidad vital, y no la podemos desaprovechar, de enseñar a la gente la importancia del periodismo, la importancia de la noticia verificada y que, la transparencia y la colaboración de los periodistas y los medios de comunicación, sea la respuesta y el camino para seguir por el periodismo después del COVID-19”, expresó la periodista.
Tardáguila cree que este es un momento clave para la prensa, una oportunidad de ser más transparente, eficiente, rápida, honesta y recuperar la credibilidad que en algún momento estuvo en jaque en algunas partes del mundo.
Recordó que nunca hay que fiarse solo de lo que dicen en la calle, sino que se requiere revisar las bases de datos que están disponibles en Internet y escribir solo cuando se hayan revisado, pero también no creer solo en las bases de datos y dejar atrás el reporteo en la calle.
Con respecto al uso de medios tecnológicos para cubrir noticias en momentos como el actual donde muchos periodistas deben trabajar desde sus casas, Tardáguila dijo que esta experiencia ha enseñado a los reporteros nuevas formas de ejercer el periodismo, utilizando herramientas distintas que se desconocían o se usaban muy poco.
“Sumemos todo ese conocimiento a lo que era tradicionalmente conocido como periodismo. La complementariedad entre el periodismo de toda la vida, de extender el micrófono y preguntar, ir de casa en casa y hablar con la gente, se tiene que sumar al periodismo y los caminos tecnológicos que hemos encontrado ahora durante la pandemia para seguir reporteando, sea sobre la pandemia o sea sobre otro tema”.
Cristina Tardáguila cuenta con una larga carrera en el periodismo. Antes de laborar en IFCN fue directora de la Agência Lupa (fact checking) en Brasil, así como reportera y editora de periódico O Globo en Rio de Janeiro, donde además tuvo el primer blog sobre verificación de información en esa nación.
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