“Es responsabilidad de la prensa informar con una visión de respeto hacia las víctimas y con un carácter noticioso que procure soluciones y aliente la prevención. Estas informaciones deben llevar un referente ético y científico con el fin de trascender la sensación de alarma.» (p.4)
Así lo afirman los autores del Manual periodístico para la cobertura ética de las emergencias y los desastres, publicación realizada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para hacer una reflexión sobre el trabajo de la prensa costarricense ante emergencias nacionales.
Aunque la guía fue publicada en 2011, es vigente hoy más que nunca ante la situación de pandemia por el COVID-19, que al día de hoy ha cobrado la vida de más de 16 mil personas en todo el globo.
Este trabajo se basó en el análisis de la cobertura mediática hecha posterior al terremoto de Cinchona, así como el tratamiento que la prensa dio a las emergencias sanitarias por la influenza A-H1NI y la bacteria intrahospitalaria clostridium difficile.
El primer capítulo describe los principales hallazgos de estas coberturas noticiosas. Los autores señalan los aciertos y desaciertos del trabajo periodístico, entre lo que destaca la falta de profundidad por efecto de la inmediatez, propia de la situación. El segundo capítulo presenta un estado teórico sobre el perfil de los mensajes en tiempos de algún desastre. Por último, en el capítulo 3, se brinda una serie de recomendaciones para que los profesionales en comunicación apliquen en sus coberturas, antes, durante y después de la emergencia.
Para consultar la guía, lo puede hacer aquí.
Deja una respuesta