Pandemia reveló falencias en formación de periodistas porque salud nunca fue fuente prioritaria

  • Si se da preferencia en otras áreas como deportes, sucesos y política.

  • Irene Rodríguez, periodista de La Nación y salubrista pública, lamentó que pocos medios de comunicación den tiempo a sus reporteros para capacitarse.

Silvia Castillo Nieto, periodista Punto y Aparte, silviacastillo@puntoyaparte-ca.com


Llegó la pandemia del COVID-19 y con ella, lamentablemente, se empezaron a ver las falencias en la formación de los periodistas nacionales para cubrirla con excelencia, pues la fuente de salud nunca fue prioritaria en los medios de comunicación. Relevantes han sido otras fuentes como las de sucesos, deportes, política y entretenimiento.

Irene Rodríguez, periodista especializada en salud y ciencia del periódico La Nación, no hace esta afirmación con el fin de señalar debilidades o errores, sino como un llamado de atención para que el periodismo nacional esté mejor preparado en el futuro cuando enfrente una crisis similar a la actual.

“En Costa Rica usualmente no ha habido una tradición de hacer periodismo de salud como una fuente fija o un área fija. Hay excepciones, es cierto. Hay periodistas que llevan años y se han dedicado a cubrir salud… pero no es algo que se ve tan comúnmente en las redacciones”, destacó.

“Antes de la pandemia era común que el periodista que cubriera salud tuviera que ir en la mañana a cubrir algo que tuviera que ver con infraestructura y luego en la tarde… la conferencia de prensa de la CCSS o viceversa. Entonces no se ha visto tanto esa especialización en salud como sí se ha visto en otras áreas”, comentó la reportera quien cuenta también con un máster en Salud Pública.

En algunos medios de comunicación se le asigna esta fuente a los periodistas que inician su carrera. Puede ser, narró Rodríguez, que les den, por ejemplo, salud y educación, dos fuentes que son muy grandes por sí solas. “Entonces, ¿en qué quedás? En que tenés un montón de cosas y no te podés ir especializando en esto”, explicó.

Muchos reporteros son “generalistas”, dijo, y eso no es que está mal, pero cuando llega una pandemia como ésta, es cuándo es muy claro que el periodismo en Costa Rica nunca se preocupo en desarrollar esa especialización.

El problema inicia desde las universidades donde se imparte periodismo pues carecen de cursos especializados como periodismo científico y si los tienen, agregó Rodríguez, son optativos. Además, todos los estudiantes de periodismo han escuchado a alguno de sus profesores decir que “el periodista es un mar de conocimientos, pero de un centímetro de profundidad”.

“¿No deberíamos concentrarnos más en ser laguitos, lagunas, charcos incluso, pero de uno, dos, tres o cuatro metros de profundidad? De esa manera que quien está consumiendo nuestro trabajo puede sumergirse, nadar, bucear, y tener mayor información que la que le podemos ofrecer si no tenemos esta especialización”, expresó.

Rodríguez reconoce que en su caso ella es afortunada porque labora en un medio de comunicación como La Nación donde incluso son dos periodistas quienes cubren el sector. También, hay reporteros que cubren cómo esta pandemia afecta económicamente y socialmente al país. Casos como éste son pocos, como muy pocos son los que se preocupan por darle tiempo a sus periodistas para que se capaciten.

“Los mismos medios de comunicación, en el trajín diario, en el corre y corre, no le van dejando tiempo a sus periodistas de capacitarse. Muchas veces salen capacitaciones en horas laborales y difícilmente uno puede decirle a un jefe,  por favor me interesa ir a esta capacitación, me interesa formarme en esto”, manifestó.

Sin embargo, insistió, es importante crear conciencia sobre esto porque luego se presentan crisis como la actual con el COVID-19 y ¿qué pasa?

“No estamos preparados como periodismo en general para saber diferenciar qué es un virus de una bacteria. Parece una concepción general que cualquiera debería saber, pero no es así. Diferencias entre un resfrío común y una influenza, diferencias entre los mismos coronavirus…”, explicó Rodríguez, quien agregó que muy pocos periodistas sabían cuando inició la pandemia, por ejemplo, que hay cuatro coronavirus específicos que son los que resfrían a los costarricenses todos los años. “Cuatro con los que llevamos años de convivir. Pero no estábamos capacitados para saberlo”.

Se complica aún más cuando el periodista tiene que enfrentarse a informaciones sobre ensayos clínicos como los que se están llevando a cabo actualmente para producir vacunas contra el COVID-19. “Menos se te prepara para saber todo el proceso que lleva a la consecución de una vacuna o de un tratamiento específico y tan nuevo, porque nunca habíamos estado enfrentándonos a una enfermedad con estas características”.

¿Qué hacer entonces? Destinar horas para estudiar, aunque sea fuera del horario laboral. Ella lo hace porque es tanta la información que se genera que es imposible seguirla toda. “La cantidad de información que está surgiendo y que le está cayendo encima a la otra y a la otra y a la otra, es enorme. Lo que sabemos hoy de este virus y de la enfermedad que causa no se compara para nada con lo que sabíamos en mayo o junio y no se comparará con lo que sabremos en diciembre y enero del año entrante. Porque la ciencia se está corrigiendo a sí misma, pero lleva un proceso y no se nos ha entrenado para eso y ahí sí es donde como periodistas nos toca ponernos a estudiar, y nos toca ponernos a preguntar”.

Dígame para qué sirven los datos

Como comunicadora y salubrista pública, Rodríguez está insatisfecha con la manera en que el Ministerio de Salud informa sobre la pandemia.

“Una conferencia de prensa donde todos los días te estén recitando datos… póngamelos en contexto y dígame a mí para qué me sirven y qué tengo que hacer yo como persona con estos datos”, destacó. Es cierto que el Ministerio lo ha hecho, agregó, pero no lo suficiente.

A esta situación se une el hecho de que la población está harta del virus y agotada de ver noticias sobre el COVID-19. “Y se agota de las medidas porque como seres humanos no estamos acostumbrados a que nos digan que no podemos ver a nuestros amigos, que no podemos socializar…como seres humanos detestamos la incertidumbre… y se está fallando en comunicar en esa incertidumbre”, afirmó. Rodríguez cree importante incluso reconocer ante la población que hay muchas cosas que se desconocen. “Están fallando (el Ministerio) en admitir que hay cosas que no se saben y que en este momento no se pueden saber y ser sinceros con eso”.

Para Rodríguez, las autoridades de salud tienen la responsabilidad de decirle a la gente: «sí, la tasa de contagio puede estar bajando, y sí, eso es bueno, pero usted no se duerma en sus laureles, usted trabaje porque esto puede subir en cualquier momento y ha fallado en eso”, sentenció.

La periodista cree que la cautela es buena, pero en este caso, cuando se desarrolla tan rápido como este virus, podría no ser tan buena consejera.  La reflexión la hizo cuando se le consultó por la labor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en esta pandemia.  Por ejemplo, recordó que Costa Rica aconsejó antes que la OMS el uso de las mascarillas y reguló su uso en ciertos espacios.

“La OMS todavía no se ha terminado de pronunciar en el peso de la transmisión por aerosoles. Y hay muchos científicos que estudian aerosoles y partículas aerosolizadas, las partículas pequeñas que emitimos, que le están diciendo: póngale ojo a esto. Ellos todavía dicen: sí es posible, pero no es la mayor fuente de contagio porque tenemos esto otro… la OMS ha sido muy cauta con esto y hay mucho científico que le está reclamando”, detalló.

Irene Rodríguez obtuvo un Máster en Salud Pública con Énfasis en Gerencia de la Salud en la Universidad de Costa Rica. Ganó el Premio Nacional de Periodismo Científico del Conicit 2013-2014, el premio Health Systems Global 2018 y la mención honorífica al Premio Nacional de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación 2017-2018.

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