Periodistas científicos deben ser filtro en maraña de información sobre el COVID-19

  • Mayoría de reporteros enfrentan desafío de cubrir área para que la que carecían de preparación.

  • Debbie Ponchner, periodista especializada en temas científicos, recomienda aprender cómo funcionan las publicaciones científicas.

Silvia Castillo Nieto, periodista, Punto y Aparte, silviacastillo@puntoyaparte-ca.com


En la maraña de información sobre el COVID-19 que circula en el mundo actualmente, información científica e información falsa, la urgente labor de los periodistas científicos es ser un filtro para que las audiencias logren obtener los datos más relevantes e interesantes.

Debbie Ponchner, periodista especializada en temas científicos, reflexiona así sobre la labor que debe cumplir la prensa durante esta pandemia, especialmente quienes poseen un mayor conocimiento del tema. “Hay un montón de preguntas y hay muchísima información, entonces el periodista científico es un filtro que tiene que saber, con su olfato y con su conocimiento, por dónde anda la cosa, cuáles son los avances o la nueva información que está saliendo, saber a quiénes hacer las preguntas, qué puede ser relevante o interesante para el público y darlo a conocer”.

Además, detalló, es importante tener el conocimiento para poder cuestionar a las autoridades con respecto a las decisiones o a la falta de éstas en algunos temas, o sobre las políticas que se están siguiendo.

Ponchner tiene varias décadas de dedicarse a cubrir ciencia y salud, y está consciente del intenso y agotador trabajo que enfrentan miles de periodistas a nivel mundial y en Costa Rica, porque no cuentan con la formación necesaria en esta especialidad, lo que hace aún más difícil su labor.

Esta situación se hace más complicada, destacó Debbie, porque la pandemia apareció en un momento crítico para los medios de comunicación. “No es secreto para nadie que el mundo del periodismo está pasando por una coyuntura donde el modelo de negocio no está claro. Y eso ha llevado al cierre de publicaciones, al cierre de canales de televisión y demás, y a recortes en las salas de redacción, y uno de los departamentos que ha sufrido bastante ha sido el de ciencia. Esta pandemia agarró al mundo con pocos periodistas científicos dentro de las salas de redacciones y eso afecta”. Sin embargo, la periodista reconoce que hay colegas que están haciendo un trabajo excepcional.

Con respecto a los reporteros que han tenido que cubrir la pandemia sin contar con especialización en el área de la salud o la ciencia, Ponchner compartió un estudio realizado por el Instituto Reuters y la Universidad de Toronto, efectuado en julio pasado, que trató especialmente sobre el impacto de la pandemia en la salud mental de los periodistas. Los investigadores enviaron una encuesta a 73 periodistas alrededor del mundo y una de las cosas que preguntaron era si tenían especialidad en cubrir temas de salud. Solo el 4% respondió afirmativamente.

“Creo que hay muchos periodistas en este momento que deben ser muy buenos porque se han visto ante el desafío de tener que cubrir un área para la que tal vez no estaban preparados y los agarra un poco desprevenidos”, expresó Ponchner.

Debbie compartió además un artículo publicado en The Open Notebook, página web que incluye consejos para periodistas científicos, en el cual 18 reportero con experiencia en la cobertura de temas de salud narran qué les hubiera gustado a saber cuándo empezó la actual pandemia. “Es como una guía para todos estos periodistas que hoy, de repente, van y cubren el COVID-19 y se enfrentan a una responsabilidad muy grande”.

Pese a lo anterior, Ponchner es fiel creyente de que los periodistas deben especializarse. “Hay que entender cómo leer un paper donde se revela un hallazgo, un avance, entender las estadísticas …En nuestro país y la región hay periodistas especializados, pero no es la norma”, expreso.

Cobertura seria pero oficialista

Consultada sobre cómo ve el rol que ha tenido la prensa nacional en la cobertura del COVID-19, la periodista respondió que le agrada el hecho de que ha sido seria y ha recibido gran difusión. Sin embargo, considera que ha sido muy oficialista.

“La cobertura periodística se ha quedado mucho ahí, en recibir lo que nos dan y no necesariamente ir un poco más allá… no estamos en un país donde uno diría que están ocultando cifras o que están ocultando información, pero creo que hay mucho más que se podría hacer y que tal vez no lo estamos haciendo”, reflexionó.

La labor del periodismo científico, agregó, es mantener informada a la población y actualmente se está llevando a cabo una gran cantidad de investigaciones sobre el coronavirus que pueden darse a conocer. Sin embargo, Ponchner destacó la necesidad de entender este mundo, conocer cómo se produce la ciencia, cómo funcionan las publicaciones científicas, cuál es el nivel de prestigio de cada una y aprender a leer un estudio para “no convertirse uno en un micrófono abierto para el científico, sino saber cómo buscar los contrapesos”.

Es muy importante, detalló, que los reporteros dejen siempre claro que esta es una enfermedad que está evolucionando y que podría ser que lo que se dijo en marzo pasado no aplique ahora porque hoy se saben muchas cosas más. “Están saliendo miles y miles de estudios, y por la precisa se está publicando previo a ser revisado por pares, que es el sistema normal de la ciencia… por eso a veces, algunos de estos papers tienen que ser retractados, porque resultó que el estudio no era tal”, advirtió Ponchner.

Debbie Ponchner tiene un bachillerato en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo de la Universidad de Costa Rica y una Maestría en Comunicación Científica y Médica por la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona, España. Además, asistió a un programa para periodistas dedicados al periodismo científico en el MIT (Massachusetts Institute of Technology).

Trabajó durante 15 años en el diario La Nación donde fue editora de Aldea Global, subdirectora de edición y jefa de redacción. En el 2014, se convirtió en editora de la revista Scientific American, una autoridad en materia de ciencia alrededor del mundo, donde laboró por tres años.

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