Reporteros en teletrabajo dejan desiertas las salas de redacción de los periódicos

  • Por primera vez todos los periodistas de La Nación y El Semanario laboran desde sus casas.

Silvia Castillo Nieto, periodista, Punto y Aparte, silviacastillo@puntoyaparte-ca.com

El edificio de la redacción integrada del Grupo Nación tiene una extensión de 4.000 metros cuadrados, pero actualmente solo trabajan ahí cuatro o cinco periodistas. Los otros 70 reporteros con que cuenta esta empresa están laborando desde el pasado 23 de marzo en sus casas.

En una dimensión mucho más pequeña en cantidad de reporteros y en el tamaño de las instalaciones, el periódico El Semanario también mandó a todos sus colaboradores a trabajar desde sus hogares.

La pandemia del COVID-19 lo cambió todo, incluso la arraigada idea de que es imposible hacer buen periodismo fuera de una sala de redacción. Los corresponsables de agencias de noticias tienen claro que un buen reportaje se escribe en cualquier sitio, pero para la mayor parte de los periodistas costarricenses laborar desde la casa es poco común.

¿Cómo trabajan hoy los reporteros de los distintos medios de comunicación del país? ¿Qué cambios realizaron para poder hacer su trabajo y al mismo tiempo protegerse del coronavirus? Punto y Aparte se lo contará en una pequeña serie de noticias que publicaremos durante estos días de cuarentena y que incluyen medios digitales, impresos, radio y televisión.

Por primera vez, ojalá no la última

A la redacción integrada del Grupo Nación solo llegan a trabajar diariamente tres o cuatro periodistas de 75 que conforman el equipo.

Armando Mayorga, jefe de redacción de La Nación, es de los pocos periodistas que llegan actualmente a laborar a la redacción integrada y aunque reconoce que aún faltan muchas cosas por aprender sobre cómo realizar de mejor manera el teletrabajo, la pandemia les demostró que sí se podía hacer.

“Nosotros creíamos que el rendimiento se media por las horas presenciales en la sala de redacción y realmente esta experiencia nos demostró que no es así, ahora sí estamos trabajando por resultados y objetivos”, afirmó Mayorga.

El jefe de redacción dijo que cuando esta crisis pase habrá que realizar una evaluación, revisar quién si pudo adaptarse a este nuevo sistema de trabajo y quién no lo logró, analizar ventajas y desventajas. “Como no estábamos acostumbrados, hay cierto estrés a acoplarse a esta nueva modalidad. Pero en este momento puedo asegurar que esto llego para cambiarnos”, agregó.

Sin embargo, las cosas han funcionado, y según expresó Mayorga, de muy buena manera. “Hemos logrado hacer grandes reportajes, buenas coberturas por medio del teletrabajo… Ha sido muy motivador trabajar con los compañeros que se han apuntado a esto. Antes nos mediamos por esta aquí ocho o 10 horas al día, presenciales, en cambio ahora nos medimos porque usted logró sacar este reportaje y le quedó lindísimo, le quedó muy bien”.

Además, cree que los lectores de La Nación “no han sentido la diferencia entre el contenido que hacíamos en forma presencial con respecto al contenido que estamos haciendo ahora en forma remota”.

El jefe de redacción del Semanario Universidad, Javier Córdoba, también está satisfecho con la labor remota realizada por sus periodistas. La Universidad de Costa Rica ya había tomado la previsión de establecer un programa y una normativa para que sus colaboradores pudieran realizar teletrabajo, lo que facilitó a los funcionarios del semanario realizar los trámites requeridos y laborar desde sus casas.

Los primeros días, narró, tuvieron que realizar algunos ajustes sobre todo por las conexiones a Internet y hubo quienes solicitaron un poco más de banda ancha para sus casas, pero fuera de esto el trabajo se lleva a cabo perfectamente por medio de diversas plataformas digitales.

Así lucía la sala de redacción del Semanario Universidad en agosto del 2019. Hoy los periodistas hacen teletrabajo y el lugar está vacío.

Claro, dijo, este tipo comunicación tiene sus particularidades, en ocasiones incluso chistosas. “Hemos tenido varias reuniones de pauta por Zoom donde conversamos con los periodistas… A mí me pasa mucho que estoy en una reunión de teletrabajo y salen los colochos de mi chiquito por aquí o se me sienta encima y quiere saludar o les recita los planetas del sistema solar”.  Sin embargo, contó Córdoba, todos han entendido la situación porque, así como los periodistas están en sus casas, también están las personas a las que entrevistan y se vale romper el protocolo.

El periodista tiene varias anécdotas sobre lo que le ha ocurrido en entrevistas con algunas fuentes por medio de una plataforma digital. “Yo he tenido que pedir un toquecito para irlo a atajar (a su hijo) para que no se suba a las gradas o no se caiga, pero creo que todos hemos entendido en lo que estamos…Incluso la gente a la que uno entrevista dice que le demos un momento porque se le está quemando algo, se levantan un momento y vuelve”.

Aprender a reunirse por estos medios ha sido una novedad y en La Nación también trajo aprendizajes. Mayorga contó entre risas que inicialmente llevaban a cabo las reuniones con los periodistas por medio de video conferencias, pero se dieron cuenta que en ocasiones eso era una invasión de la privacidad de unos y otros. “Las eliminamos y solo hacemos llamadas telefónicas o de audio nada más porque hay ocasiones en que estamos trabajando con niños en la casa, sin bañarnos, sin la ropa adecuada, sin maquillaje las mujeres. Ha sido lo mejor porque se respeta la privacidad”.

“Siempre aspiramos a tener el contacto con la fuente e ir a hablar con la gente y creo que eso no se puede perder porque el mundo sigue allá afuera y la gente está en la calle, pero también nos aceleró un poco este proceso de poder encontrarnos y conversar en estas vías y aprovecharlas. Es un enorme privilegio que podamos seguir trabajando sin tener que salir a la calle”, manifestó el jefe de redacción del Semanario Universidad.

Enfrentar el estrés y el temor

En ambos periódicos los periodistas salen muy poco de sus casas y gran parte de las noticias se cubren por teléfono o por medio de herramientas virtuales como Zoom, Telegram, y Whatsapp.

En La Nación, según explicó Mayorga, los reporteros pueden recurrir a las fuentes de manera digital gracias a que se han especializado en algún tema y esto permite que exista una relación de confianza con el entrevistado. “En estas condiciones usted puede hacer teletrabajo con gente que también está haciendo teletrabajo, y es que tampoco las fuentes están dispuestas a tener contactos personales (por temor a la pandemia)”.

La Asamblea Legislativa es de los pocos sitios a donde el reportero si está cubriendo físicamente. Aaron Sequeira va todos los días y hace trabajo presencial porque los diputados están sesionando.

En el Semanario Universidad quienes salen un poco más a la calle son las fotógrafas, pero al igual que en La Nación, gran parte de las fotografías y los videos que se publican en estos días de pandemia son de cortesía y las envían las distintas instituciones o ministerios cuyos funcionarios tienen claro las dificultades que enfrenta los medios de comunicación.

Hay, sin embargo, algunos periodistas que sí lo han hecho. Un ejemplo es Álvaro Murillo, periodista de el Semanario Universidad, quien se subió a un bus a mediados de abril pasado para escribir la crónica De Los Guido a San José: un bus forzoso en media epidemia.

Córdoba cree que Murillo no lo pensó mucho pese al riesgo de contagio, eso sí, con los cuidados necesarios.  “Los periodistas siempre somos los que corremos para aquel lado cuando todo el mundo está corriendo para el otro lado, siempre vamos a ver qué es lo que está pasando, y creo que en esta coyuntura eso no cambia”, reflexionó.

Más que el temor al contagio, Córdoba considera que lo que ha desgastado a los periodistas es la intensidad del trabajo que en los primeros meses de la pandemia se multiplicó. Recordó que los primera 40 días los laboraron sin parar y en ocasiones hasta las 10 u 11 de la noche. En su caso esto se multiplica pues además es corresponsal de las agencias de noticias Xinhua y AP.

Además del trabajo, otra preocupación que los afecta es la situación económica actual y futura ya que familiares y colegas enfrentan rebajos de salario, reducción de la jornada laboral o despidos.

El Semanario Universidad aún mantiene a todos sus colaboradores sin efectuar ningún recorte, pero medios de comunicación como La Nación sí lo sufren.

“Es una situación de estrés doble, evitar el contagio tanto para ellos como para sus familias y por otro, dada la situación crítica en que puso la pandemia al país, aquí en La Nación lo salarios se redujeron al 50% y las jornadas también se redujeron al 50%. Entonces… por un lado no me quiero contagiar, tengo que trabajar y por otro lado tengo que sobrevivir con la mitad del salario”, narró Mayorga.

Sin embargo, agregó, la disposición de los reporteros es admirable. “No me he encontrado un no, una mala cara… todos estamos agobiados y estresados, pero hay una actitud que uno agradece porque en tiempos de crisis es donde conoce de verdad a la gente”.

El jefe de redacción de La Nación también destacó cómo la situación transformó el trabajo de algunos periodistas. “Tenemos periodistas que antes hacían deportes y ahora están cubriendo COVID-19, los que hacen entretenimiento o trabajan en la sección Viva están cubiendo COVID-19… no solo lo han hecho muy bien, obviamente supervisados por los editores, sino que han logrado trascender en el sector salud o hasta en el área económica”.

Esta pandemia, como dijo Mayorga, está dejando gran cantidad de aprendizajes.

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