- Cantón no cuenta con un Plan Regulador y los asentamientos humanos se ubican hoy justo en zonas más vulnerables.
- Matina se encuentra expuesto durante todo el año a cambios climáticos, por lo que es una zona de alta precipitación con problemas de inundaciones en la mayoría de sus territorios.
“Aquí ya no se puede vivir”, es la queja de don Julio Espinoza, quien lleva más de 20 años viviendo y sobreviviendo en el cantón de Matina. Su casita siempre se ha visto afectada por las inundaciones, sin embargo, asegura que las familias de la zona han aprendido a sobrellevar el problema levantando sus casas en pilotes o con el uso de arena como material para levantar más las viviendas. Pero ante la última inundación en la zona, nada de esto fue suficiente. Muchos temieron por sus propiedades y también por sus vidas.
Esa es una realidad que comparten casi 37.721 habitantes del cantón y que, a falta de un Plan Regulador en la zona, no parece tener una solución pronta o eficiente.
De acuerdo con el último Censo de la Población que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) en el 2011, la mayoría de las viviendas del cantón están situadas cerca de los ríos Toro, Zent, Chirripó, Matina, Barbilla, Madre de Dios, Cubay las quebradas veinticinco y San José, los cuales se desbordan cada vez con más frecuencia e intensidad, especialmente en época lluviosa, así lo confirma un estudio realizado por el departamento de Climatología del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) sobre Riesgo ante eventos Hidrometeorológicos extremos en Costa Rica.
En julio pasado, por ejemplo, ante el paso de la onda tropical número 18 por el país, Matina fue declarado en alerta roja por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) (Decreto de emergencia N°43131). Más de 7.400 personas fueron víctimas de esta última inundación.
Diques: Bombas de tiempo y pobreza
En este momento, la mayor barrera de resistencia ante las inundaciones en Matina son los diques. Sin embargo, en palabras del geólogo Lidier Esquivel, jefe de Investigación y Análisis del Riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE): “los diques son bombas de tiempo”.
Según Esquivel, este tipo de estructuras no solo son muy caras de mantener en buen estado -para que cumplan su función-, sino que además dan una falsa sensación de seguridad a las comunidades que deberían estar siendo movilizadas permanentemente hacia zonas más seguras.
“Los diques irremediablemente generan una sensación falsa de seguridad y eso nos lleva muchas veces a tomar decisiones incorrectas como, por ejemplo: Construir una vivienda, hacer un negocio, hacer un cultivo etc a las espaldas del dique creyendo que ya está totalmente protegido construir carreteras e infraestructuras públicas”, explicó.
Por ejemplo, en el barrio El Río de Matina -ubicado a espaldas del dique-, ya no se puede vivir. Los vecinos temen que en las próximas inundaciones el material de arena y piedras con el que se levantó una parte del dique se desprenda nuevamente y todo ese material caiga con mayor intensidad sobre los lugareños o sus propiedades atentando contra sus vidas.
“Los diques no son la solución, no son la solución definitiva al problema de las inundaciones… No basta el dique, el dique es necesario, se ocupa para el corto y mediano plazo para proteger a la población, los medios de producción, los cultivos y etc; pero por sí mismo él no es suficiente, sino que tienen que impulsarse acciones de ordenamiento del territorio, de adaptación del territorio y otras acciones como sistemas de alerta temprana, organización de la población etc”, detalló Lidier Esquivel, jefe de Investigación y Análisis del Riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Las acciones que tome el gobierno local ante una emergencia por inundación pueden hacer una gran diferencia en el número de afectados y magnitud de los daños. Sin embargo, el actual Plan para la Preparación y Atención de Emergencias del cantón revela que hace falta capacitación en los líderes asignados para atender de manera efectiva la prevención y mitigación de riesgos ante inundaciones.
Si bien el plan enumera que la cantidad de albergues habilitados es insuficiente para la cantidad de personas que podrían requerirlos, reconoce además, que no todos los sitios se encuentran en estado óptimo.
En julio pasado, el albergue designado para los vecinos del pueblo llamado B-Line -a un costado de la Ruta 32- se inundó, lo que obligó a las personas a salir como pudieran a la carretera a esperar por ayuda bajo las lluvia.
Los vecinos aseguran que la inacción de las autoridades locales es la respuesta que han recibido a través de los años. Según Julio Espinoza – vecino del cantón- en la comunidad temen que pronto el río lave la estructura del dique por completo.
Escuchar“Si bien es cierto, es necesario darle mantenimiento y reconstruir esas infraestructuras a pesar del alto costo que representa, pero debemos buscar compromisos más concretos, más delimitados en el tiempo, para que la próxima inundación los daños no se vuelvan a repetir y que poco a poco podamos ir disminuyendo el impacto que esas inundaciones están teniendo en nuestra economía y en cientos de familias de Matina que lamentablemente sufren con esto todos los años o cierta cantidad de años” explicó Lidier Esquivel de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Se solicitó a la Municipalidad de Matina una entrevista para conocer mejor sobre estudios de ordenamiento territorial en la zona, los planes a futuro para salvaguardar la vida -y aliviar la pobreza- de los habitantes de este cantón y cómo actúa este ente local cuando se activa el Comité Municipal de Emergencia (CME) pero luego de un mes y tres días naturales, no se obtuvo respuesta alguna.
Un análisis realizado por el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) para determinar el riesgo ante eventos hidrometeorológicos extremos en Costa Rica detalla que “el clima, su variabilidad y cambio son detonantes de procesos erosivos que limitan el desarrollo y la calidad de vida de los pueblos”.
No es coincidencia que la Encuesta Nacional de Hogares 2020 (Enaho) del INEC califique a la región Huetar Caribe, donde se ubica Matina, con casi un 30% de personas en pobreza.
De acuerdo con el mapa de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) realizada por el INEC en el 2011 tres distritos del cantón tienen hogares con algún tipo de carencia crítica: En Matina centro el 48.9% de los hogares, en Batán el 43.3% y Carrandi, el 46.5%
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