Por Marco Zárate
Ni la pandemia, ni la edad, ni el acceso limitado a recursos fueron obstáculos para que, a sus 17 años, Angélica Menéndez decidiera emprender y así crear su propio negocio, en el que ofrece ilustraciones digitales de mascotas y animales.
Para desarrollarlo, esta estudiante universitaria de Arte y Comunicación Visual tuvo que trabajar con sus propias herramientas, porque cuando acudió a la universidad, cuatro años después de iniciar con este sueño, no encontró apoyo.
“Todo ha sido por mi cuenta y la de mis papás. He tenido que investigar cómo hacer videos en TikTok e Instagram, o cómo hacer marketing y publicidad en redes sociales. Sin embargo, la ayuda externa, como un curso en el que la universidad diga ‘vamos a ayudarle’, no,” relató la joven.
Una situación similar la vivió Gabriel Ugalde, estudiante de Publicidad, quien desde 2019 colabora con marcas y pequeños empresarios mediante estrategias de marketing.
Ugalde afirmó que, a pesar de recibir apoyo por parte de su universidad, este no ha sido suficiente.
La misma experiencia enfrentó Jacobs Jiménez, quien estudia Administración de Negocios. Desde hace tres años crea pulseras personalizadas con materiales naturales y trabaja bajo su propia marca, JBS.
Al ingresar a la universidad buscó ayuda de la institución, sin embargo, hasta la fecha no lo ha recibido.
La historia de Christian Barquero, quien estudió periodismo, no es muy diferente. Fue gracias al dinero de un premio -que obtuvo en un concurso ajeno a su universidad- que logró comprar su primer equipo audiovisual.
Esos recursos le permitieron desarrollar su idea de negocio y actualmente es fundador de la productora Al Foco.
Los casos mencionados no son excepciones. La estudiante de Administración de Empresas, María Jesús Castro, creadora del emprendimiento FitSolutionsCR, dedicado a la producción de alimentos saludables.
Castro relató que antes de comenzar a desarrollar su idea solicitó ayuda en su universidad, pero la respuesta que recibió no fue la esperada, porque inclusive le cobraban por utilizar las instalaciones.
El común denominador en estos estudiantes es que han querido hacer crecer su propio negocio, ligado a su profesión; sin embargo, no encontraron en su universidad los mecanismos o los programas que dieran acompañamiento a sus ideas.
Cada uno de estos emprendedores logró hacer que creciera su idea sin recibir algún acompañamiento de la institución educativa; al contrario, el éxito que han obtenido es gracias a sus propios méritos y recursos, así como apoyos externos a su centro de estudio.
Programas universitarios
Pese a la experiencia que enfrentaron estos estudiantes empresarios, en varias universidades consultadas aseguran que sí cuentan los apoyos necesarios para que sus estudiantes persigan sus sueños de emprendimiento.
Por medio de su oficina de prensa, el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) explicó que ellos cuentan con TEC Emprende Lab, que ofrece una amplia gama de oportunidades para el impulso de ideas emprendedoras para sus estudiantes y público en general. La universidad reconoció que no puede hacerlo todo por sí misma, no obstante, busca involucrar a sus emprendedores a un ecosistema más amplio.
Por su parte, la Universidad de Costa Rica (UCR) cuenta con la Dirección de Promoción de la Innovación y Vínculo para el Desarrollo (Diprovid). Estas unidades fomentan la creatividad e innovación entre los estudiantes. Además, posee la Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento (Auge), su principal incubadora.
En esa misma línea, la Universidad Nacional (UNA) dijo que dispone de programas y proyectos que impulsan el emprendimiento y la innovación en la población estudiantil, como Ei Emprende, FCTM Emprende, LabFA (Laboratorio maker), Programa de Estudios en Calidad, Ambiente y Metrología (Procame) y el Programa UNA Bioeconomía.
Por su parte, la Universidad San Marcos (Usam) explicó que desarrolla constantemente programas de actualización y capacitación en diferentes áreas. Las direcciones de carrera están enfocadas en incorporar nuevas tecnologías para hacer posible un aprendizaje holístico y altamente actualizado.
Asimismo, la Universidad Latina de Costa Rica (Ulatina) indicó que el 90% de las carreras tienen incorporados cursos de emprendimiento, innovación, desarrollo de emprendedores o generación de pymes. Existe además un curso sello de emprendimiento que es requisito de graduación.
Ligia Bermúdez y Jackeline Montero, representantes de la Universidad Nacional (UNA) ante el Consejo Nacional de Rectores (Conare), opinaron que en muchos casos el esfuerzo resulta insuficiente.
Montero mencionó que una de las razones de que los esfuerzos de las universidades no sean suficientes es la difusión, sobre todo el sistema por el cual se encausan las convocatorias.
Por su parte, Bermúdez, añadió que más allá de las universidades, y aunque existe un marco nacional de cualificaciones donde se realizan diagnósticos, no hay un orden en las necesidades técnicas del país.
Juan Ricardo Wong, director ejecutivo del Consejo Nacional de Educación Superior Privada (Conesup), indicó que existen dos tipos de universidades privadas, “las que tienen una mentalidad mucho más empresarial o son más comerciales” y las que “tienen un mayor enfoque en el área académica”.
El director enfatizó que “es necesario que las universidades no enfoquen su vida académica solamente en la culminación de una carrera específica, sino que también fomenten el desarrollo del emprendedurismo y de las micro y pequeñas empresas”, pero para eso “se necesitan incentivos económicos que el gobierno podría ofrecerle a las universidades privadas”.
Posibles soluciones
El 13 de abril de 2023, la Asamblea Legislativa aprobó la Ley para el Fomento de la Cultura de Emprendimiento e Innovación, cuyo propósito es educar a los jóvenes en sus etapas de educación primaria, secundaria y universitaria, para que adquieran herramientas que les permitan desenvolverse de manera adecuada y eficaz en el área de innovación y desarrollo.
El diputado del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y principal impulsor de esta ley, Carlos Felipe García, señaló que el “emprendimiento es una habilidad que todo profesional debe tener” y que “son destrezas, habilidades y conocimientos que deben ponerse en práctica en cualquier espacio profesional o incluso de la vida personal”. Asimismo, mostró su preocupación ya que indicó que el sentir de la gente es ‘‘me siento desorientado”, en referencia al desconocimiento en temas de esta índole.
“Yo siento que se han venido dando pasos importantes en materia de apoyo a la innovación en la cultura de emprendimiento, sin embargo, falta muchísimo en esa línea, me parece que las propias universidades tienen que irse especializando en las diferentes áreas de formaciones académicas o facultades en las que quieren sobresalir’’, expresó el diputado.
Por su parte, Daniel Suchar, analista económico, dijo que una de las soluciones es que las universidades apoyen los proyectos finales, tesis o ideas de trabajo que sus estudiantes presentan, pues estos muchas veces “son tiradas a la basura”.
Suchar también enfatizó en el cómo se puede impulsar desde las universidades este tipo de ambiente emprendedor.
Salud mental
La salud mental es un pilar fundamental para el éxito o fracaso de los sueños de los emprendedores. Esta opinión la comparte Carolina Montoya, psiquiatra y directora del Hospital Roberto Chacón Paut de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Explicó que al no contar con apoyo, estos estudiantes además de la carga académica deben de exigirse más horas de las adecuadas en la búsqueda de colaboraciones para desarrollar su negocio.
Montoya explicó que se debe “intentar balancear la carga laboral y académica enfrentada por los estudiantes”, también recomendó tener un “objetivo claro y una gestión adecuada del tiempo a invertir”.
La psiquiatra también opinó que ‘‘las universidades no fomentan la salud mental en términos generales, ya que no la ven como parte de la salud de las personas’’.
“Acá al hospital vienen a tocar las puertas las universidades hasta que tienen un grupo de estudiantes enfermos para que los atendamos”, mencionó la directora del Chacón Paut.
Emprendimiento en Costa Rica
Ocho universidades de Costa Rica participaron en ‘‘La Encuesta de Estudiantes de Espíritu Emprendedor de Global University’’ (Guesss por sus siglas en inglés), que brindó una perspectiva de este ambiente universitario en el país.
Según otro estudio realizado por la firma Alegra, cuatro de cada diez emprendedores en Costa Rica tienen menos de 34 años, lo cual es uno de los porcentajes más bajos de Latinoamérica, Costa Rica se mostró con un 39%, por debajo de Panamá con 40%, Colombia con 42%, República Dominicana con 43%, Perú con 50% y México con 50,5%.
“En Costa Rica, los jóvenes emprendedores son la semilla del cambio y la renovación económica. Es fundamental apoyarlos y brindarles las herramientas necesarias para que estos talentos florezcan y contribuyan significativamente al desarrollo del país”, Jahzeel Cordero, líder estratégico de Alegra en Costa Rica.
El informe Latinoamérica Emprende resalta una necesidad clara de fomentar el espíritu emprendedor en los jóvenes del país.
Proyecto publicado en El Observador
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