Por Oscar Cordero
UNA VENTA SIN DEVOLUCIÓN
Dentro del marco legal está especificado en 8 leyes y un reglamento como está prohibido el mal manejo de estos desechos y a cuales consecuencias se exponen los infractores de tales directrices. Sin embargo, los datos muestran una cara distinta ya que las cifras señalan que casi la mitad de los envases no están siendo manejados como desechos especiales, ya que el plástico al tener contacto con el químico del plaguicida se vuelve más peligroso y debe llevar un proceso de eliminación distinto.
Leyes que contemplan el buen manejo de los desechos plásticos:
- Ley Biodiversidad N° 7788
- Ley de Aguas N° 276
- Ley de Protección Fitosanitarios N° 7664
- Ley de Suelos N° 7779
- Ley Forestal N° 7575
- Ley General de Salud N° 5395
- Ley para la Gestión Integral de Residuos (GIR) 8839 comentada final
- Ley para trámite de Registro de Agroquímicos Nº 8702
- Reglamento para la Declaratoria de Residuos de Manejo Especial
Dentro de estos estatutos está la Ley General de Salud N° 5395 que señala la prohibición sobre el mal manejo de los residuos plásticos en las actividades agrícolas, el almacenamiento y el mal trato de estos desechos al arrojarlos a lugares inadecuados. La práctica muestra hechos distintos, ya que según las cifras de la fundación un 10% de los envases se entierran y un 11% se queman, cuando la ley específica el almacenamiento y el mal trato de estos desechos como ilegales.
El asistente técnico de la fundación Limpiemos Nuestros Campos, Alonso Vargas, señala tres problemas. Dentro de estos puntos se destacan la falta de conocimiento o capacitaciones por parte del agricultor. Además, del mercado negro y la conciencia ambiental del sector agrícola.
Por su parte el ingeniero Eugenio Androvetto del Ministerio de Salud señala que el proceso de enterrarlos se debe en gran parte a que en la época de los ochentas y noventas no existía una tecnología tan avanzada como la que se tiene en la actualidad, lo que permite tratar los desperdicios de manera más adecuada como lo es el reciclaje.
La Ley para la Gestión Integral de Residuos, creada en 2010 toca el tema de los desechos de carácter especial según su peligrosidad e indica que deben ser tratados de manera diferenciada. Dentro de la misma disposición en el artículo 42 se menciona que el productor o importador de bienes cuyos residuos finales sean declarados por el Ministerio de Salud como de manejo especial, deben cumplir con diferentes requisitos de los cuales se destacan crear una forma para la recolección de residuos, participar en programas sectoriales de recolección y crear un sistema de depósitos en los cuales los desechos se puedan llevar.
En este caso el poco espacio que existía para llevar estos productos llevó al Servicio Fitosanitario y la Cámara Nacional de Insumos Agropecuarios a crear la Fundación Limpiemos Nuestros Campos en el año 2004. En funciones de esta organización se destaca la realización de giras a cada finca de zonas específicas en busca de desechos.
La ley lo exige, pero no lo regula, ya que aunque se castigue a quien maneje de forma irresponsable estos desechos, las cifras señalan que casi la mitad de los residuos plásticos de los plaguicidas no están siendo tratados de forma responsable y en la mayoría de los casos no existe una penalización a quienes cometan estos actos en contra del ambiente.
Además, existe un faltante y es que el Servicio Fitosanitario ni ninguna otra institución del Estado tienen una lista que indique cual es la cantidad de plástico de este tipo que sale a la venta, lo que permite que exista un descontrol. Los únicos datos que maneja el Servicio Fitosanitario es la cantidad de importaciones de ingrediente activo que llega al país por año. Esto indica que los únicos estudios que se manejan a nivel nacional son estimaciones que la Fundación Limpiemos Nuestros Campos prepara según los datos que se toman en cada entrega que hacen las empresas o fincas cuando se realizan las giras.
En la esfera del problema existen variables que facilitan que exista un 40% de envases envenenados a la libre. La falta de un cumplimiento de la legislación, sumado al poco conocimiento de un sector sobre los impactos ambientales, se convierte en el portillo que lleva 200 toneladas a la intemperie.
Sobre la no implementación de un sistema que controle la venta con lo que se recoge, el Jefe de Registros de Agroquímicos del Servicio Fitosanitario, Jorge Araya, indicó que existe la idea, pero que no se han hecho intentos reales para poder empezar con una estructura de este tipo que permita tener un control más detallado. Araya menciona que parte del problema es que existe la participación de diferentes sectores, como el Colegio de Ingenieros Agrónomos y se vuelve un proceso aún más complicado.
UNA TIERRA ENVENENADA
Los datos ponen en evidencia que el país aplica más kilogramos que naciones como Estados Unidos que según se explica solo usa 2,5 Kg por hectárea.
Las informaciones brindadas por la fundación Limpiemos Nuestros Campos, estiman que de 200 a 300 toneladas de desperdicios plásticos contaminados no se les trata de manera responsable. La cifra más alta indica que el 20% de este total no se saben dónde están.
En el 2015, 7,986,371 kilogramos de ingrediente activo ingresaron al territorio nacional. Según los datos del Servicio Fitosanitario, de esos 7 millones, unos 4,877,280 se quedan en el mercado nacional ya que cerca de 3 millones de los ingresados se exportan. Ante tales informaciones los datos muestran que en el mercado nacional se maneja alrededor de 4877 toneladas de ingrediente activo que se distribuye sin ningún control de cuanto se empacó en envases plásticos.
Esta cifra es la que representa solo el químico que se usa para formular un plaguicida. Es decir, cada botella puede llevar un porcentaje menor del componente, por ejemplo solo se usa un 10 o 20 por ciento del ingrediente activo por envase ya que este se mezcla con otros elementos para crear el producto. Tal situación permite que la cifra de plásticos que contienen los plaguicidas sea aún más elevada.
Este número ha sido la constante a lo largo de los últimos cinco años, ya que la institución registra desde el 2010 una cifra que ronda los 7 millones de kilogramos que se importan cada año, en toneladas representa cerca de 7 mil.
Los plaguicidas son creados a nivel nacional por diferentes formuladoras que están autorizadas por el Servicio Fitosanitario. La mayoría de los productos puestos a la venta son envasados en envases plásticos que pueden variar según la presentación en la que se venda el químico, pueden ser botellas de un litro, pichingas o envases con mayor capacidad de almacenamiento.
Dentro de esta cantidad que ingresa existen los diez plaguicidas más importados, de los cuales se usan en diferentes cultivos a nivel nacional. En datos proporcionados por el Servicio Fitosanitario, en Costa Rica los productos que más ingresaron al país en el año 2015 fueron:
Nombre del plaguicida (Ingrediente activo) |
Peso en Kg de ingrediente activo (KG, I.A.) |
MANCOZEB | 3,634,792 |
GLIFOSATO | 1,339,786 |
2,4-D | 918,524 |
CLOROTALONIL | 623,527 |
DIAZINON | 549,684 |
PARAQUAT | 459,942 |
DIURON | 419,959 |
ETOPROFOS | 353,024 |
PROPINEB | 327,226 |
CLORPIRIFOS | 295,933 |
El mercado nacional está abastecido por 353 agro servicios los cuales por la Ley para la Gestión Integral de Residuos, deben disponer de diferentes mecanismos para mitigar el impacto de los desechos de los productos que ponen a la venta.
De esta cantidad de agro servicios tan solo 71 son patrocinadores de la Fundación Limpiemos Nuestros Campos. Esto quiere decir que solo el 20% de todas estas empresas acepta la responsabilidad social de apoyar a la única fundación que se encarga de hacer las recolectas de los envases. Ya que el ser patrocinador de esta organización ayuda a tener un respaldo de responsabilidad social para la recolección de desechos, además Limpiemos Nuestros Campos otorga un certificado oficial a cada institución que forme parte del programa.
En datos proporcionados por el Servicio Fitosanitarios y el cual Hablando Claro tiene copia la provincia con más puntos de distribución de este tipo es Alajuela con 108. Los puestos de venta se distribuyen en los diferentes cantones que comprenden cada provincia.
Provincia | Cantidad de agro servicios |
San José | 46 |
Alajuela | 108 |
Cartago | 56 |
Heredia | 17 |
Limón | 35 |
Puntarenas | 49 |
Guanacaste | 42 |
Total | 353 |
Basados en los productos más importados se puede hacer una perspectiva de cuales zonas son las más propensas a usar este tipo de plaguicidas. Dentro de los productos mencionados se destacan para su aplicación en los diferentes cultivos: melón, papa, banano, tomate, papaya, pastos, sorgos, caña de azúcar, maíz, azúcar. pepino, tomate, repollo, ornamentales y cebolla según lo indica la respectiva ficha técnica de cada producto.
Zonas de cultivos en el país
Como parte del control de estos bienes, existen las bandas según el nivel de toxicidad del producto para el ser humano, no obstante según explica el asistente técnico de la fundación Limpiemos Nuestros Campos, Alonso Vargas, los tres niveles de peligrosidad son igual de dañinos para el ambiente si los desechos se manejan de forma irresponsable.
Las cifras publicadas por la Fundación Limpiemos Nuestros Campos son estimaciones que no representan de forma clara los datos reales de cuanto se está recogiendo, lo que permite que los datos puedan variar y hacer la cantidad aún más alarmante.
DESECHOS DE MANEJO ESPECIAL
Este grupo ha pasado de recoger 55,742 toneladas de plásticos en 2008 a obtener 384,335 en el 2015, este último año ha sido el más efectivo desde que se creó la iniciativa.
La fundación solo se mantiene gracias a las donaciones que hacen los 71 patrocinadores que forman parte de la alianza y las contribuciones se dan según sea el tamaño de esta empresa a nivel nacional. Por su parte el Servicio Fitosanitario solo aporta en cuestiones técnicas como la ayuda con el transporte por ejemplo con los camiones recolectores, los choferes, la creación de los puestos de recolección y los viáticos.
Cada plástico para ser reciclado debe tener un proceso de limpieza que es conocido como el triple lavado, el cual consiste en un enjuague con agua, que se hace tres veces, en cada recipiente para que no quede ningún residuo de los químicos. Sin embargo, este proceso no es conocido por una cantidad de agricultores y su lavado se reduce a un simple corro de agua y al suelo. La negligencia de algunos hace que muchos desperdicios al no tener el triple lavado no sean recogidos cuando se realizan las giras, ya que ese es el único requisito que pide la fundación para poder llevarse los desechos.
Todavía existe un sesgo que no conoce de los problemas que causan sus acciones y que de paso siguen con viejas costumbres a la hora de deshacerse de los recipientes plásticos.
Dentro del marco legal se indica que “El Ministerio de Salud deberá declarar, vía decreto ejecutivo, los residuos de manejo especial que serán separados de la corriente normal de los residuos para ser sujetos de una gestión diferenciada y evitar que ocasionen daños a la salud y el ambiente” esto según la Ley para la Gestión Integral de Residuos (GIR) 8839.
La legislación se encuentra clara pero el Director de Protección al Ambiente Humano del Ministerio de Salud el ingeniero Eugenio Androvetto, indica que la ley dice que hay que hacerlo, pero no expone como se debe hacer por lo que este ha sido unos de los principales problemas que ha enfrentado el proyecto de recolección de desechos.
El Servicio Fitosanitario es el encargado de dar las diferentes capacitaciones a nivel nacional, en las que realizan un estudio según el cultivo y zona para poder hacer visitas a cada agricultor y de esta forma darle información pertinente sobre las buenas prácticas agrícolas. Sumado a las funciones de organizar congresos en diferentes puntos del país. La entidad se encarga de crear los manuales sobre los buenos hábitos y diferentes prácticas, los cuales son creados en conjunto con el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET) de la Universidad Nacional (UNA) y conjuntamente con el Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA) de la Universidad de Costa Rica (UCR). Este proceso trata de tener los manuales lo más actualizados posibles a las nuevas problemáticas ambientales.
El Director Ejecutivo de la Cámara de Insumos Agropecuarios, Roberto Obando, señala que el problema no viene a ser la falta de capacitaciones, sino que se convierte en un tema más de información por parte de los agricultores. “Se requiere divulgación de cómo es que se deben de controlar estos desechos y de cómo es que se deben entregar” indicó Obando. La cámara no se encarga de dar capacitaciones, pero dentro de sus funciones cumplen con la de poder incluir a los agricultores a realizar buenas prácticas ambientales.
La situación abarca diferentes temas y las capacitaciones es uno en el cual el mismo Servicio Fitosanitario ha dado especial apoyo, con la creación de manuales y la realización de eventos para poder educar a un agricultor ya entrado en años y poder dejar un mensaje en aquel que está iniciando, sin embargo aún quedan zonas y productores en los que el mensaje no ha llegado.
Dentro de las funciones de la fundación Limpiemos Nuestros Campos está la de encargase de los envases ya recolectados. Los desechos tienen como destino final países como China, Japón o Canadá. Cada botella es triturada y enviada a estas zonas.
El Ministerio de Salud tiene como siguiente paso la implementación de una nueva política o estrategia que involucre el dar un incentivo a aquellas personas que compren los envases de los plaguicidas para poder hacer más llamativo la devolución de los desechos.
Dentro del plan está establecer una especie de sobreprecio sobre cada envase que se paga a la hora de hacer la compra y cuando se devuelva el desecho se le regresará ese precio de más al comprador.
Proyecto publicado en Hablando Claro
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