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Investigador y académico de la UCR, Jorge Zeledón Pérez, preocupado por cómo este fenómeno afecta la credibilidad del periodista y los medios.
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Periodista Pablo Fonseca brinda recomendaciones para quienes sufren hostigamiento de los troles.
Silvia Castillo Nieto, periodista, Punto y Aparte
“Yo defiendo la libertad de expresión, pero al mismo tiempo las palabras pueden ser armas y cuando son palabras que son pagadas de forma sistemática para tratar de lograr ciertos objetivos, ya no estamos hablando de libertad de expresión sino que estamos hablando de manipulación del discurso”.
Contundente, así es Jorge Zeledón Pérez, investigador y académico de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica, cuando analiza los ataques y la labor de desprestigio que están llevando a cabo los troles.
El especialista tiene un quinquenio de estudiar estos personajes que utilizan la tecnología para hacer daño, descalificar, amenazar, insultar y engañar a las audiencias.
Los últimos acontecimientos ocurridos en Costa Rica como cuando en abril del 2022 Jorge Porras Cartín, dueño de la empresa costarricense Noelix Media, reconoció que su agencia operaba cuentas falsas, conocidas popularmente como “troles” en las campañas electorales y corporativas, y el más reciente de Piero Calandrelli y la ministra de Salud, Joselyn Chacón, le sorprenden ya que conocía muy pocos casos donde troles reconocieran públicamente su trabajo. “Normalmente operan desde la oscuridad…desde el anonimato ”.
“Uno entiende que en la sociedad en que vivimos se puede trabajar en cualquier cosa, y cualquier cosa en que uno trabaje y pueda hacer dinero para su familia es de mérito, pero es extraño estar de acuerdo en que lo contraten para ser un mentiroso, hay un componente moral que es complicado”, expresó Zeledón.
Le preocupa, y mucho, que existan personas que puedan pagarle a otros para que traten de llevar la opinión de las personas hacia los intereses de grupos de poder. “Eso en una sociedad democrática es terrible en todos los sentidos, pero cuando hablamos de política formal como los últimos casos de los últimos días, eso significa que estamos realmente poniendo en juego el sistema base con el cual decidimos nosotros organizarnos colectivamente. La democracia corre un peligro enorme, no solo en Costa Rica sino en todas las geografías del mundo”.
En su opinión, se trata de una grave amenaza pues afecta la credibilidad del periodista y de los medios de prensa, y eso “es muy grave”.
El trol remunerado es un fenómeno nuevo
Contrario a lo que algunos creen, el trol no siempre es alguien a quien se le paga por atacar, provocar o molestar.
Su acepción original, explica Zeledón, tiene que ver con el mundo mágico y fantástico de la mitología noruega, “es una figura grande seudosalvaje que asusta a los niños… desde su inicio es una figura que tiene connotaciones muy negativas, barbáricas, salvajes, terribles”.
A finales de los años 90 se comienza a denominar trol a la persona que molestaba o ridiculizaba a las demás en lo que se denominan “grupos de noticias” o newsgroups, conformado por usuarios con ciertos intereses, por ejemplo sobre literatura, cine, o algún otro pasatiempo. Usualmente eran personas expertas que molestaban a quien apenas iniciaba porque desconocía las reglas del grupo o el tema.
Zeledón detalla que luego ese término se comenzó a usar en grupos de discusión en la web. Más adelante el trol comienza a tener injerencia en espacios públicos. Aparecen haciendo comentarios en los sitios web de noticias, en las redes sociales de los medios de comunicación y las personas que trabajan en el mundo de la comunicación comienzan a confrontar a esos personajes que basan su práctica y su discurso en la controversia. “Son personas que en cualquier espacio social se insertan para generar conflicto y generar provocación”, expresó el académico. La acepción original del trol no era remunerada.
Sin embargo, en los últimos diez años el trol toma una dimensión más colectiva, pasa a ser remunerado y ocupa un papel de mediador de los intereses de otros actores. “Este es el caso del trol Pierro Calandrelli, es muy emblemático de ese tipo de trol que no habla por sí mismo, sino que habla por intereses de terceros”, explicó.
Existen troles que son personas o granjas de troles conformados por grupos de personas, pero también están los troles bot como le llaman los anglosajones o robot trol, que son parte de los sistemas de automatización de contenidos. “Los bots son robotcitos que se dedican a repetir de forma sistemática un mismo conjunto de acciones y se utilizan para muchísimas cosas en Internet… Lo que ha sucedido en los últimos tiempos es que los bots comienzan a ser utilizados para tratar de incidir en prácticas y en discursos, con intereses particulares detrás”.
Por ejemplo, los troles que invadieron a finales de enero la cuenta del presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias, con diferentes nombres, pero con un mismo mensaje, posiblemente eran robots troles.
El precursor más importante de este tipo de bot automatizado aparece en la elección presidencial de Estados Unidos en el 2016, y es una estrategia que comienza a utilizarse presuntamente desde Rusia para tratar de incidir en los resultados, particularmente a favor de Donald Trump. “Hay una cantidad enorme de artículos académicos que hablan de los ejércitos de troles, o las granjas de troles, utilizados por los rusos para tratar de desviar la atención hacia ciertos temas que le eran favorables a Trump, y que en parte por eso ganó las elecciones. ¿Qué significa eso? Que hay una serie de personas que tienen conocimientos de informática, que pueden o no ser hackers, pueden pertenecer al gobierno de turno o pueden ser ciudadanos que trabajan a partir de intereses de terceros, que lo que hacen es que crean una serie de algoritmos que buscan espacios en línea para ir repitiendo contenidos a favor de algo, puede ser un candidato, una marca, un producto, una empresa”, manifestó Zeledón.
Aquí, agregó el experto, comienza a insertarse el pago de forma cada vez más preocupante. “Comenzamos a ver personas que tienen los medios y pueden darse el lujo de contratar a terceros para que de forma automatizada o de forma manual, individualmente o colectivamente, traten de incidir en los discursos para favorecer a una persona”.
Por eso, aunque aún no ha realizado un estudio al respecto, el académico cree que la mayor parte de las personas asocian al trol como una figura pagada, aunque en realidad es cualquier persona usuaria que intente desestabilizar el discurso o las práctica de otras personas.
“Hasta ahora no se había determinado como parte de la oferta de servicios de nuestra sociedad capitalista, pero comienza a serlo cada vez más y eso es muy preocupante, no porque haya personas que quieran influenciar a otras personas, eso existe desde que existe la política y desde que existe el poder. Es muy preocupante porque en general operan de formas oscuras, detrás de las reglas y de las normas, y en general operan de forma totalmente desregulada tanto en Costa Rica como a nivel internacional”.
Zeledón explica que esta situación es parte de lo que vivimos actualmente como sociedad donde se da una mezcla de información falsa y verdadera en Internet y las redes sociales, y cada vez cuesta más determinar qué es qué.
Credibilidad del periodista y de los medios de prensa
El académico detalló que la intención del trol es molestar lo suficiente para generar ruido y asi generar visitas y de esa manera generar audiencia.
Enfrentarlo es difícil para los comunicadores, especialmente para los periodistas pues se les ha enseñado que la libertad de expresión y la libertad de prensa son principios de base de la profesión.
Sin embargo, reflexiona Zeledón, “por otro lado nos enseñan que tenemos que ser responsables de las palabras y de nuestro medio de comunicación. Entonces ¿cómo haces para defender la libertad de expresión cuando en el perfil Facebook de tu medio te ves confrontado con un montón de troles? Lanzas, por ejemplo, una noticia sobre migrantes nicaragüenses y llegan un montón de personas a dañar el honor y la humanidad de esas personas y lo están haciendo en tu espacio. ¿Permitís que en ese espacio se generen discursos de odio, mentiras, incidencia política directa o indirecta? y si no lo permitís, ¿qué haces?”.
El periodista lo que va a tratar de hacer instintivamente, agregó el experto, es no “alimentar” al trol, porque si lo hace va a generar más ruido. También hay algunos medios de comunicación que tienen políticas de gestión de crisis que les permiten intervenir o censurar cuando hay usuarios que generan demasiado ruido, oposición, o faltan el respeto, “pero en general la línea de moderación de los medios es muy laxa”.
Zeledón recomienda bloquearlos ya que en el país se carece de mecanismos normativos. “En mi opinión es una amenaza muy importante para la práctica periodística, no solo por el trol sino porque al final a las personas periodistas o comunicadores nos toca tratar de construir la mejor de las verdades posibles a partir del lugar en el que estamos y cuando eso no se nos permite porque el espacio en donde trabajamos está lleno de troles con intereses específicos, nuestro trabajo se hace cada vez más difícil”.
El experto insistió en que no se trata de defender a uno o varios medios de comunicación específicos del país, sino de defender la labor de la prensa en general. “Desde la universidad somos muy críticos de los medios dominantes y sus intereses, pero más preocupante que esos actores es que en Costa Rica perdamos nuestra capacidad de generar prensa, y que vivamos a punta de influencers”.
*Si desea conocer más sobre lo investigado por Jorge Zeledón Pérez puede leer el artículo “Troleando en la plaza: 10 antagonismos, prensa y discurso público”, ingresando a este ENLACE.
Me hostigan los troles, ¿cómo debo responder?
El periodista Pablo Fonseca, máster en Ciencias Políticas, con muchos años de experiencia en análisis web de contenidos editoriales, brinda las siguientes recomendaciones para los reporteros que son hostigados por los troles:
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